Ayer mande un presupuesto para hacer un trabajo, que tendría que haber enviado en Noviembre. ¿Por qué no lo envié antes?
Por dos razones simples.
Una, la mediocridad que existe en el mercado para hacer obras de reformas.
No conocen la palabra “repaso”. No existe mano de obra cualificada, pero eso sí quieren cobrar como si lo fueran.
Te mienten, no cumplen, hacen mal el trabajo, le digas lo que le digas le va a entrar por una oreja y le va a salir por otra. Conclusión, no me fío.
Me lo pensé mucho antes de mandarlo, pero digamos que lo hice porque el trabajo no me sobra, no porque verdaderamente me quiera meter en más fregados que a los postres no puedo manejar, porque con gente así es imposible.
La segunda, porque estoy harta de hacer el papel de tonta, haciendo el trabajo de otros.
Es increíble, la información que te dan para hacer un presupuesto cada vez es más escueta. Tenes que diseñar todo para hacer algo lógico. Eso si, el otro se lleva la pasta y vos le das la solución. Y seguro con tu presupuesto detallado hacen la obra y no te contratan a ti.
De esto también estoy hasta el moño. Así que esta vez, solo mandé precios unitarios y un resumen de la información que necesito si quieren algo más definido. No creo que me llamen más. Necesito el trabajo pero he llegado al punto que la tonta de turno se acabó.
Me estoy planteando seriamente, volver a trabajar en un estudio de otro.
No es lo que quiero, y se que lo tengo difícil. Tener la vida que tengo, la libertad que tengo me ha costado mucho, pero este año ha sido tan duro que no se si soportaría otro así, laboralmente lo digo, del tema personal ni hablo.
Por momentos me hundo en un mar de dudas. No tengo ni idea que hacer.
La vida es impredecible. De repente de tener los próximos dos años resueltos, a nada en el horizonte.
Muchas veces me pregunto, de donde saco tanta fuerza para seguir. Obvio que siempre se podría estar peor, como te dicen los cercanos para consolarte, pero nunca me han servido mucho este tipo de consuelos. Pero la fuerza se acaba.
Pero menuda gentuza se ha cruzado en mi vida laboral este 2005.
Si montas un estudio de bio-eco-construcción, me asocio:de comercial de peón y de recadista.
Como tú me decías el otro día, ánimo, que al final se sale del túnel.
Y eso que coincido contigo en la valoración media del gremio!!!
Es uno de los males enfermizos de este país: la mentira. No hablo ya de la falta de formalidad, de puntualidad, de los incumplimientos de plazos… no, hablo ya de la mucha gente que tiene asumido todo eso y directamente te miente. Sin más.
Hace unas semanas fui a hacerme el “chequeo” médico anual de la empresa. Pregunté cuándo estarían los resultados. “En una semana los mandamos”. Yo no tengo ninguna prisa, pero por fastidar pregunté si sería justo en una semana. “Bueno, en una semana o dos”. Ah, o sea que pueden ser dos semanas… ya han pasado tres, por supuesto los resultados no están, me da igual porque no espero nada y ya sabía que cuando te dicen “una semana”, en España, puede ser cualquier cosa… pero lo que no etiendo es, ¿por qué mienten? ¿por qué no dijeron que serían cuatro semanas, si además yo no tengo ninguna prisa?
Y no suelto un papel si no tengo una provision de fondos. Ya me la han colado muchas veces. Paso de hacer mas el pardillo. Si lo quieren ver, aqui en el estudio y en pantalla. A menos que sea la administracion (que siempre paga) o mi Santa Madre, de aqui no sale un papel si no veo el dinero antes y sin firmar una hoja de encargo.
Imagino que es el precio de la libertad … el poder decir hoy no puedo o no quiero y me voy a esquiar o de paseo …
También imagino que al menos en el 2006 se cruzará otra gente diferente … y que al menos “es@s” ya son conocidos y prescindibles …
La vida enseña a seleccionar …