Como cargarse un bar

Yo no soy muy de bares, pero si me gusta desayunar a veces  un café con leche largo en taza, con una barrita con tomate y aceite. Muy mediterráneo, pero es mi desayuno preferido. Los que no son de esta zona, lo ven muy raro, porque no conciben un desayuno con tostadas con mermelada y manteca.

Pues no, la dieta mediterránea enseña que un buen desayuno es pan de tahona, con aceite de oliva, con tomate o no, y sal. Con un buen café con leche, es como que alimenta para toda la mañana.  Yo llevo años, sin comer una tostada como cuando era pequeña, con mantequilla y mermelada. Soy de la teoría de “allá donde vayas has lo que vieras“. He aprendido mucho de comer sano, como los abuelos con la dieta mediterránea. Aunque una buena carne a la plancha, lo llevo en la sangre de origen.

Bueno a lo que iba. Como soy nueva en este barrio, voy probando lugares donde poder disfrutar un desayuno como a mi me gusta. Hay muchos, pero no todos son  buenos. Donde vivía antes, tenia mi sitio sobre todo por el pan casero y con gusto. Entraba, me saludaban y decían … “lo de siempre?”. Eso da un gusto, el sentir la pertenencia  a un sitio cuando no eres originario de él, me encanta y nos encanta a todos.

En la zona que vivo ahora, como decía, le había echado el ojo a uno donde el desayuno cumplía con los estándares de mi paladar. Pero era insufrible el camarero. Una cara de perro, siempre pareciendo enfadado. He llegado a levantarme e irme más de una vez, porque no le soportaba sus malos modos, y sobre todo porque posiblemente en su oficio sea bueno pero en la atención al cliente, no supero la lección. Cuando esta el dueño, se nota, porque este se desvive en simpatía con la gente que es habitual y los no tantos.  Pero si esta este camarero, como ha sido en todo el mes de agosto, te sientes que estas tomando un café con tu enemigo.

Eso no es pasar un buen rato, es ser masoquista. Si uno desayuna en un local, es para disfrutar del desayuno relajadamente. No te sientes bien, siendo atendido con malos modos. Es una manera bastante sensible de perder clientes.

He seguido buscando, y el otro día he caído en otro, de la zona, donde me ha demostrado que lo que dicen en Argentina, que “dedicarse a la hostelería es una vocación“, es verdad. En este caso, la camarera un encanto aunque algo servil en la atención, podría ser más natural, pero se esforzaba por ser educada y cordial. Se agradecía. Pero la propietaria, no sabe ni hacer una tostada. Pedís una barrita de pan con tomate y aceite, y te traen un bollo de pan, aplastado en una plancha, posiblemente sucia porque tenia gusto a mantequilla, y tomate de bote. Conclusión, me tome el café y dejé todo lo demás. Otra manera de perder un cliente. Porque no volveré más.

Continuando con mi búsqueda, han abierto un bar la semana pasada, pequeño pero con una gran terraza. Un sitio que desde que vivo en el barrio, más o menos 6 meses, estaba cerrado pero han reformado y abierto esta semana pasada. La terraza lo suficientemente amplia para poder ir con los perros en mi paseo matinal. El café bien, la barrita de pan de tahona, el tomate natural, el aceite de oliva. Pedí media barrita, pero me hubiera comido una entera de lo buena que estaba. La atención correcta y amable. No pretendo ser sus amigos, pero la amabilidad y buen hacer, no puede faltar en la atención a un cliente. Creo que he encontrado mi sitio para desayunar, y a la vuelta de casa.

Esta búsqueda me ha enseñado que si tienes un bar, ojo con los que atienden a tus clientes, que se lo pueden cargar por su mal humor. Un bar no puede tener gente con malos modos, ni cara de perro, continua. Otra cosa es que quieras pasar por bueno, y ni tienes el sitio limpio. Eso de la tostada con gusto a mantequilla, me dio tanto asco que no volveré nunca, porque me indica que la dueña es una sucia, y sobre todo no sabe hacer lo básico como es una simple tostada con tomate.

Los detalles y el buen hacer, son los que superan a la competencia. Como este nuevo que han abierto. La reforma sencilla,  con dos o tres detalles low cost, porque no les ha costado mucho. Mi ojo profesional me lo dice, pero con buen gusto y a la moda. A mi me tienen de cliente, y tengo que reconocer que como yo paso por la puerta en mi camino a casa, casi todos los días, siempre la terraza está llena. No me extraña, les irá bien.

Si inviertes tu dinero en emprender para salir adelante, hazlo con cabeza. Como creo han hecho esta gente. Sino pon una peluquería o panadería, pero nunca un bar.

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